En casa, los Scones de naranja se han vuelto un clásico de los fines de semana. Son rápidos, no requieren batidora ni ingredientes complicados, y el resultado es siempre reconfortante.. Hoy quiero compartir con ustedes esta receta que se ha convertido en una de mis favoritas: Scones de naranja, suaves, esponjosos y con un sabor delicadamente frutal que conquista desde el primer bocado.

Estos scones no solo son deliciosos, sino que también tienen una preparación muy sencilla. Perfectos para acompañar una taza de té, café, o para sorprender a tus invitados con algo casero y original.

Antes de meternos en harina, vale la pena conocer un poco el origen de este clásico de la repostería. Los scones tienen su cuna en el Reino Unido, particularmente en Escocia, donde comenzaron siendo una especie de pan redondo cocido sobre una plancha. Con el tiempo, se popularizaron en Inglaterra, especialmente como parte del famoso «afternoon tea».

Hoy en día, los scones han evolucionado en distintas versiones: dulces o salados, con frutas, quesos, hierbas o especias. En esta ocasión, la naranja es la estrella, aportando un toque cítrico y luminoso que los vuelve irresistibles.

Una de las maravillas de los scones es que requieren ingredientes básicos que probablemente ya tengas en tu cocina: harina, manteca, azúcar, polvo de hornear, leche y huevos. En este caso, sumamos naranja y un poco de esencia de vainilla para intensificar el aroma.

El secreto está en cómo se mezclan y manejan. No hay que batir en exceso, ni amasar de más. Lo ideal es que la masa quede apenas unida para que, al hornearlos, los scones conserven esa textura aireada y suave tan característica.

Trucos para scones perfectos

Después de preparar scones incontables veces, aprendí algunos truquitos que hacen la diferencia:

Usa manteca bien fría: Esto ayuda a que los scones queden hojaldrados y con buena estructura. Puedes cortarla en cubos pequeños o rallarla con un rallador grueso.
No sobretrabajes la masa: Mezcla solo lo justo hasta integrar. Si amasas de más, los scones pueden salir duros.
Un horno bien precalentado: Los scones necesitan un golpe de calor inicial para crecer bien. Asegurate de que el horno esté a temperatura antes de meter la bandeja.
Usá ralladura de naranja fresca: Nada como el aroma de la cáscara recién rallada. Evita rallar la parte blanca, ya que es amarga.
Puedes congelarlos crudos: Si hacés una tanda grande, puedes congelar los scones ya formados y hornearlos directamente cuando los necesites.

Cómo servirlos

Los scones de naranja pueden comerse tal cual, tibios y solos, o puedes llevarlos a otro nivel con algunos acompañamientos:

Con mermelada de naranja o durazno: realzan el sabor cítrico.
Con crema batida o queso crema: para un toque más untuoso.
Con un glaseado de naranja: ideal para una presentación más festiva.
Con un toque de chocolate derretido o chips: para los más golosos.

También puedes transformarlos en un brunch con fruta fresca, yogurt y una bebida caliente.

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